La parte oriental de Bali es una zona preciosa, en cuanto el paisaje del mar y montañas y tradiciones milenarias que están muy bien conservadas hasta hoy en día. En esta ruta tenemos tiempo para disfrutar de la belleza de los palacios acuáticos del rey de Karangasem que construyó esos palacios no solamente para jardines de placer, sino también para delicia arquitectónica como una combinación ecléctica entre elementos balineses, chinos y europeos. La antigua técnica para sacar sal del agua del mar y la antigua técnica de tejer la famosa tela doble ikat Geringsing que se tarda 5 años en terminarla son otras cosas que podemos descubrir, aparte de poder nadar y broncear en la playa preciosa Virgen.
Os llevamos a través del pintoresco este de Bali donde las culturas y las tradiciones antiguas son todavía muy vivas. Goa Lawah o Cueva de Murciélagos es nuestra primera parada donde encontramos miles de murciélagos fructíferos sagrados ondulantes que cubren todo el espacio disponible en la cueva, y a continuación, seguimos a los salineros tradicionales cercanos, por donde la antigua técnica para obtener la sal del agua de mar se sigue haciendo hasta hoy. Continuando nuestro recorrido, os llevaremos a Tenganan, por donde la antigua cultura de Bali Aga (los balineses aborígenes) está todavía bien conservada incluyendo el intrincado arte de tejer la tela doble Ikat Gringsing. Pasando a través de la playa de Candi Dasa, la base preferida para los buceadores en el este de Bali, encontramos una laguna de flores de loto con la magnífica vista de las islas Gili. Nuestra siguiente parada es la playa Virgen por donde podemos comer y podemos relajarnos en su playa preciosa. A continuación iremos al Palacio Real (Puri Agung) Kanginan de Karangasem, por donde vivió el último rey de Karangasem. Luego os llevamos al palacio acuático de Ujung Sukasada y Tirtagangga que fueron construidos como una mezcla ecléctica de elementos balineses, chinos y europeos por el talentoso rey Anak Agung Anglurah Ketut Karangasem para un jardín de placer y al mismo tiempo para la única delicia arquitectónica.